Así se conocieron Assar Gabrielsson y Gustaf Larson, fundadores de Volvo
Assar Gabrielsson y Gustaf Larson, los dos socios fundadores de Volvo, se conocieron en la empresa de fabricación de rodamientos SKF. Allí Gabrielsson, licenciado por la Stockholm School of Economics, había estado ocupando diversos puestos directivos en el ámbito de las ventas. Por su parte, Larson era un ingeniero que había estado trabajando en la industria automovilística británica. Nada más conocerse, ambos se dieron cuenta de que, además de empatía personal, tenían competencias y habilidades complementarias. Así, mientras Gabrielson tenía el know-how económico (y contactos para obtener financiación), Larson sabía como diseñar y fabricar un automóvil.
Renuente al principio, fue la propia SKF, la empresa en la que ambos trabajaban, la que proporcionó el empuje inicial: les apoyó económicamente y les proporcionó la marca registrada VOLVO (anteriormente, AB Volvo era una filial de SKF, dedicada a la fabricación de rodamientos para coches y cuyo nombre significa, literalmente, Yo Ruedo). Además, SKF cedió la primera fábrica y oficinas que tuvo la compañía. En total, SKF desembolsó en Volvo 1,2 millones de coronas (129.000 euros), mientras que Gabrielson puso todos sus ahorros: 150.000 coronas suecas (16.150 euros).
Hay que advertir que, por aquel entonces no existían las grandes fábricas de automóviles. Los coches eran, prácticamente, una creación artesanal. Esto posibilitaba que una empresa modesta pudiera plantearse la fabricación de coches… algo impensable hoy en día.
Gabriel y Larson tenían, entre ceja y ceja, la idea de demostrar que, en Suecia, allá por el año 1926, se podía fabricar un coche capaz de competir con los automóviles extranjeros que circulaban por las carreteras suecas. Continuará.