¿Cómo acabó Cultura Inquieta 2014?
Es lo fácil. Decir que algo ha tenido éxito es lo más fácil del mundo.
Y podríamos hacerlo: “gran éxito de crítica y público”. Y ya. Pero esto va más allá.
Tampoco diremos aquello del “excelente nivel de las actuaciones”, porque lo podríamos decir de un concierto de cualquier artista actual. Es… diferente.
Diez días diez con los conceptos más sorprendentes que llegaban del escenario, las risas, los rincones en los que se tejieron amistades, los encuentros, las noches largas, la música… todo formó durante días una Historia. Algo que tuvo lugar en Getafe, pero que atrajo a gente de todo el Mundo, con la seguridad de que se encontrarían con los seres más inquietos del planeta. Una inquietud que llegaría en forma de música, pero cristaliza como Cultura. Sí, por algo es Cultura Inquieta.
Bueno, pasaremos un instante por los datos, porque hay que darlos. Más de 3.000 almas inquietas en cada uno de los 16 conciertos, 5.000 con Manu Chao.
Pero los datos son solamente eso, datos. Las vivencias y emociones, son de cada uno de nosotros, y no son tan fáciles de medir.
Cuando llegó el momento de recoger y los técnicos desmontaban en la plaza, a todos se nos quedó una sensación de vacío. Ya no había aquel whatsapp de “¿Dónde quedamos?” para ver el concierto del día. La ilusión de hacer pequeños grandes descubrimientos:
La risa surrealista de Faemino y Cansado, las raíces llenas de vida de Goran Bregovic, descubrir que Los Suaves solo tienen de suave el nombre, viajar al país de las rimas con La Mala Rodríguez, Morodo o El Chojín… Bueno, y lo de Manu Chao: como siempre, más allá de lo esperado. Uno se sentía en los 70 vistiendo pantalón de campana frente al Gran Clinton (George, el artista) Y si nos quedamos en Madrid con Depedro, volábamos hasta la frontera tejana con Calexico. Y para dar un toque legendario, se sumaron, a sus años, The Sonics. En el último día decidieron venirse también las nubes (estas no quedaron por whatsapp) y amenazó lluvia. Havalina, sólidos, quitaron la atención al cielo de los asistentes, y prepararon el terreno a unos Fuel Fandango que partieron (literalmente) en dos el concierto, para permitir un final potente, concreto, a la altura.
Queremos dar las GRACIAS al promotor y organizador, Juan Yuste, un getafense de pro, un enamorado de su profesión, un artista en sí mismo y a su equipo, gracias también a Arantxa, Olga, Patricia, Susana, Ximena, etc…
Dicen una imagen vale más que mil palabras. ¿Qué tal un montón de fotos? Bueno, quizá sean el mejor resumen de lo que ha sido para nosotros una experiencia inquieta total.
Hasta el año q viene, allí volveremos.
Con ustedes, la Cultura Inquieta para Tibermotor Sur… en imágenes.