Un nuevo comienzo en “La milla del motor”
“Volver a comenzar” puede parecer un tópico. Hay hasta canciones que hablan de ello. Y es absolutamente necesario hacerlo para quien sueña, para quién quiere crecer. Es importante mirar atrás un último instante para recoger un patrimonio de años y años de esfuerzo, y sobre todo ver en ello una oportunidad, un reto, un nuevo objetivo.
Uno de octubre de 2015. El primer día de un mes diez ha sido también el primero de muchos días de emociones e ilusión de otros tantos amigos que no olvidarán jamás el momento de ponerse a los mandos de sus flamantes nuevos Volvo.
Y ese 1/10/2015 ha sido el día elegido para “cortar la cinta” del nuevo espacio Tibermotor en Alcorcón. En plena “milla del motor” no podía faltar el “espíritu Tiber”. Y tampoco faltaron a la fiesta todos quiénes se sienten parte de una familia que ahora crece con un nuevo espacio, enorme en todos los sentidos.
La fuerza de ventas, motivados como nunca, uniformados y dispuestos, posaban junto a la última joya de la corona: el XC90. Mientras, el resto de invitados y equipo humano disfrutaba como lo harán miles de amantes de la nueva gama Volvo del espacio más moderno y especial.
Felipe Baños, director comercial de Volvo y demás directivos, empleados y todos los invitados disfrutaron del ambiente y la compañía. Hubo abrazos, apretones de manos, sonrisas… la ilusión estaba en el aire. Oscar Soriano hizo el silencio al comenzar a hablar recordando que minutos antes todavía estaban ultimando detalles. Tuvo emocionadas palabras para todos. El agradecimiento se escuchó sincero y despertó sonrisas en todos al decir “Es fácil apoyar a un equipo tan entusiasmado como vosotros”. Tuvo un momento de interrupción emocionada al dar las gracias de todo corazón a su familia por su esfuerzo y por las largas noches en vela.
Sus ojos empañados dieron paso a una carcajada por parte de todos al dirigirse, muy serio, a don Antonio Soriano, su padre y -a la vez- presidente, fundador y constructor de Tibermotor. Al hombre que puso la primera piedra al primer taller y concesionario, y también la última a esta obra le dijo: “Bueno, papá, de esta ya te jubilas, ¿no?”. Hubo aplausos, claro.
Y no pareció hacerle caso Antonio, que, armado con una excavadora y dispuesto a poner los cimientos de algo que décadas después se ha hecho enorme, soltó, así, para empezar, que había disfrutado más de la obra que de verla acabada. Amenaza con volver a ponerse el casco.
Minutos después él mismo descubría la placa que ya forma parte de la Historia de un grupo de personas que hacen todo pensando en ti, y que ahora sienten juntos que vuelven a empezar. A New Beginning.